Luis Duarte. Serie: En tiempo de Pandemía, 2020
Querido Compañero
si así ha de ser
que ya no hablas conmigo
que ya no sonríes conmigo
entoces deja que yo sea paciente y tranquilo,
porque la hoja más verde aún explota,
el sol ilumina la piedra
y todo río arde.
Martin Carter
(Guyana, 1927-1997)
En un año como el 2020, y como históricamente se ve en los últimos siglos, en nuestro país en el primer trimestre de los corrientes amance el siglo con una pandemía. Una pandemía que amenaza a la especie humana, ya lo advertía el Comandante Fidel Castro Ruz en muchos de sus escritos, pero recordamos "El derecho de la humanidad a existir", escrito el 26 de diciembre de 2009, a propósito de la Cumbre de los países en Copenhauge. Porque la humanidad tiene derecho a una existencia distinta a la que ofrece el sistema capitalista mundial, que como lo dice el Comandante Fidel: "Debe exigirse el máximo de sacrificio a los países ricos, un máximo de racionalidad para el empleo de los recursos y un máximo de justicia para la especie humana." Hoy en pleno suceso de pandemía, una pandemía que nos acosa a todos, se hacen más vigente que los países del mundo entero, o por los menos los que tienen real vocación y esencia democrática exigirle a los países ricos un máximo de racionalidad para el empleo de los recursos y de responsabilidades comunes, pero diferenciadas con acuerdos de las grandes potencias de asumir sus reales responsabilidades. Pero, ya se le conoce, las acciones de los países industrializados e imperialistas, que están en un proyecto de acabar con gran parte de la humanidad para mantener sus privilegios económicos por encima de la vida humana.
El Covid-19, no nació al azar como los virus de las pandemías de siglos anteriores, este virus es un ataque por guerra bacteriológica por parte de unos de los imperios más genocidad del sistema capitalista en su etapa imperialista, como lo señalara, Lenín; puesto que la potencia imperial estadounidense envía soldados asintomáticos del virus en diversos países que considera enemigos y en los diversos lugares donde tiene sus tropas invasoras. Hoy esta guerra contra toda la humanidad ha generado una hecatombe humana, sin la necesidad de usar sus fuerzas militares como ejército de invasión directamente, lo que nos recuerda lo que hizo el imperio español contra los indígenas caribe al infectarlos de la viruela para poder invadir sus territorios. Los países organizados diferentes o en procesos progresistas, los que ponen la vida humana por encima de los excedentes económicos necesarios de la explotación del trabajo humano, han llevado la pandemía como la resitencia que hicieran nuestros ancestros indígenas por más de 500 años en la América y el Caribe. Por ello, China, Rusia, Venezuela, Nicaragua y otros países que han iniciado procesos socialistas han asumido la pandemía con conciencia, con cuarentena voluntaria, con apoyos y financimientos a los sectores más necesitados de sus pobalciones, con atención a la salud de manera gratuita y masiva para la preservación de la vida de sus ciudadanas y ciudadanos.
Por esta razón, las potencias imperiales de hoy, poniendo el acento en la economía de sus países, han tenido la mayor cantidad de casos de infectados por el Covid-19 y por supuesto la mayor cantidad de muertes en sus países. Porque como lo señalaba el Comandante Fidel Castro: “El ruido de las armas, del lenguaje amenazante, de la prepotencia en la escena internacional debe cesar. Basta ya de la ilusión de que los problemas del mundo se puedan resolver con armas nucleares. Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no pueden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia. No pueden tampoco matar la justa rebeldía de los pueblos y en el holocausto morirán también los ricos, que son los que más tienen que perder en este mundo." A pesar que con las nuevas tecnologías las guerras se han tornado de nueva generación, la base de lo que genera estas guerras siempre es la misma y también lo señala el Comandante Fidel cuando expresa: “Es necesario señalar que las sociedades de consumo son las responsable fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente. Ellas nacieron de las antiguas metrópolis coloniales y de políticas imperiales que, a su vez, engendraron el atraso y la pobreza que hoy azotan a la inmensa mayoría de la humanidad. Con solo 20 % de la población mundial, ellas consumen las dos terceras partes de los metales y las tres cuartas partes de la energía que se produce en el mundo. Han envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer. Los bosques desaparecen, los desiertos se extienden, miles de millones de toneladas de tierra fértil van a parar cada año al mar."
La apuesta por cambiar las relaciones económicas y políticas internacionales a favor de los pueblos y de una paz duradera, prolongada y permanente encontró mayor fuerza y conciencia en América Latina a mediados de la última década del siglo XX y sobre todo a principios del siglo XXI, cuando los comandantes Fidel Castro, de Cuba, y Hugo Chávez, de Venezuela, y Evo Morales, de Bolivia sintetizarían en sus formulaciones teóricas y acciones histórico-concretas la resistencia de los pueblos al proyecto anexionista del ALCA e impulsaran fuertemente el nacimiento del ALBA en aquella tarde del 14 de diciembre de 2014. Así como otras alianzas estratégicas de países como la CELAC, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños que representa un esfuerzo de integración política superior en América Latina y el Caribe, con el fin de convertirse en una fuerza de poder contra la hegemonía que impone el imperio estadounidense.
Esta pandemía ha permitido a la tierra, a la naturaleza y/o al planeta un respiro de las sociedades de consumo responsables fundamentales de la atroz destrucción del ambiente y la atmósfera que nos pertenece a todos, sociedades de consumo que explotan la naturaleza para generar una riqueza que favorece al 1% de la población mundial. Esta pandemía ha servido de espacio para la paciencia y la tranquilidad del espíritu, en los países donde se intenta construir el socialismo. Esta pandemía ha mostrado que poner el acento en el dinero, núcleo de la sociedad capitalista y no en la vida de los seres humanos ha hecho conocer las realidades de desigualdades sociales cuando existe la explotación del hombre por el hombre.
El Covid-19, no nació al azar como los virus de las pandemías de siglos anteriores, este virus es un ataque por guerra bacteriológica por parte de unos de los imperios más genocidad del sistema capitalista en su etapa imperialista, como lo señalara, Lenín; puesto que la potencia imperial estadounidense envía soldados asintomáticos del virus en diversos países que considera enemigos y en los diversos lugares donde tiene sus tropas invasoras. Hoy esta guerra contra toda la humanidad ha generado una hecatombe humana, sin la necesidad de usar sus fuerzas militares como ejército de invasión directamente, lo que nos recuerda lo que hizo el imperio español contra los indígenas caribe al infectarlos de la viruela para poder invadir sus territorios. Los países organizados diferentes o en procesos progresistas, los que ponen la vida humana por encima de los excedentes económicos necesarios de la explotación del trabajo humano, han llevado la pandemía como la resitencia que hicieran nuestros ancestros indígenas por más de 500 años en la América y el Caribe. Por ello, China, Rusia, Venezuela, Nicaragua y otros países que han iniciado procesos socialistas han asumido la pandemía con conciencia, con cuarentena voluntaria, con apoyos y financimientos a los sectores más necesitados de sus pobalciones, con atención a la salud de manera gratuita y masiva para la preservación de la vida de sus ciudadanas y ciudadanos.
Por esta razón, las potencias imperiales de hoy, poniendo el acento en la economía de sus países, han tenido la mayor cantidad de casos de infectados por el Covid-19 y por supuesto la mayor cantidad de muertes en sus países. Porque como lo señalaba el Comandante Fidel Castro: “El ruido de las armas, del lenguaje amenazante, de la prepotencia en la escena internacional debe cesar. Basta ya de la ilusión de que los problemas del mundo se puedan resolver con armas nucleares. Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no pueden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia. No pueden tampoco matar la justa rebeldía de los pueblos y en el holocausto morirán también los ricos, que son los que más tienen que perder en este mundo." A pesar que con las nuevas tecnologías las guerras se han tornado de nueva generación, la base de lo que genera estas guerras siempre es la misma y también lo señala el Comandante Fidel cuando expresa: “Es necesario señalar que las sociedades de consumo son las responsable fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente. Ellas nacieron de las antiguas metrópolis coloniales y de políticas imperiales que, a su vez, engendraron el atraso y la pobreza que hoy azotan a la inmensa mayoría de la humanidad. Con solo 20 % de la población mundial, ellas consumen las dos terceras partes de los metales y las tres cuartas partes de la energía que se produce en el mundo. Han envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer. Los bosques desaparecen, los desiertos se extienden, miles de millones de toneladas de tierra fértil van a parar cada año al mar."
La apuesta por cambiar las relaciones económicas y políticas internacionales a favor de los pueblos y de una paz duradera, prolongada y permanente encontró mayor fuerza y conciencia en América Latina a mediados de la última década del siglo XX y sobre todo a principios del siglo XXI, cuando los comandantes Fidel Castro, de Cuba, y Hugo Chávez, de Venezuela, y Evo Morales, de Bolivia sintetizarían en sus formulaciones teóricas y acciones histórico-concretas la resistencia de los pueblos al proyecto anexionista del ALCA e impulsaran fuertemente el nacimiento del ALBA en aquella tarde del 14 de diciembre de 2014. Así como otras alianzas estratégicas de países como la CELAC, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños que representa un esfuerzo de integración política superior en América Latina y el Caribe, con el fin de convertirse en una fuerza de poder contra la hegemonía que impone el imperio estadounidense.
Esta pandemía ha permitido a la tierra, a la naturaleza y/o al planeta un respiro de las sociedades de consumo responsables fundamentales de la atroz destrucción del ambiente y la atmósfera que nos pertenece a todos, sociedades de consumo que explotan la naturaleza para generar una riqueza que favorece al 1% de la población mundial. Esta pandemía ha servido de espacio para la paciencia y la tranquilidad del espíritu, en los países donde se intenta construir el socialismo. Esta pandemía ha mostrado que poner el acento en el dinero, núcleo de la sociedad capitalista y no en la vida de los seres humanos ha hecho conocer las realidades de desigualdades sociales cuando existe la explotación del hombre por el hombre.
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Fuentes usadas:
Fidel Castro Ruz: "El derecho de la humanidad a existir" en: A plena voz. Revista Cultural de Venezuela. Edición N° 59-60. Noviembre-Diciembre-Enero de 2010. Pág 12-14
"La defensa de la humanidad y la naturaleza en el pensamiento estratégico de Fidel" en: http://www.fidelcastro.cu/es/noticia/la-defensa-de-la-humanidad-y-la-naturaleza-en-el-pensamiento-estrategico-de-fidel