A la luz de los acontecimientos más recientes, cuando la ultraderecha, plantea una salida fácil a través de la violencia con un golpe de Estado, de corte fascista pues la idea es enfrentar al pueblo en el marco electoral ya le es difícil concretarla, y por ello a través de la inoculación del odio en un sector y la presión económica sobre el otro quitándole los alimentos, agregando y estableciendo la presión psicológica con el acoso mediático y las matrices de opinión para que los chavistas (chavecistas) y opositores al Gobierno de Chávez antes y de Nicolás Maduro ahora; con la intensión de que nos enfrasquemos en una guerra civil que solo beneficia al Imperio Estadounidense, a las transnacionales de la guerra y a las cúpulas vende patria que se irían inmediatamente del país y regresarían una vez arruinados y desecho, para con el FMI y el Banco Mundial, repartirse las riquezas nacionales y el petróleo venezolano.
Pero, hay algo que cuando hacen planes los lacayos del imperio y el mismo Imperio Estadounidense no toman en cuenta, que nunca incluyen en sus palnes, al pueblo humilde venezolano, ese pueblo que Hugo Chávez se identificó plenamente con él; que asumió con como vida, para como dijo Bolívar, "darle la mayor suma de felicidad posible".
Lo más importante tal vez, es que el pueblo asumió a Chávez y su ideal bolivariano (Simón Bolívar), robinsoniano (Simón Rodríguez), zamorano (Ezequiel Zamora, como proceso político ideológico propio para la construcción de una sociedad socialista. A lo cual se suman las diversas versiones de las organizaciones sociales y políticas, la marxistas (Karl Marx), la lenilista (Lenin), la guevaristas (Ernesto Che Guevara), la zapatistas (Emiliano Zapata), la mariateguista (José Carlos Mariategui) o la de Hostos, la visión de los pueblos indígenas caso Bolivia y Guatemala, en fin el pensamiento político latinoamericano y caribeño, y el doctrinario político de los diversos libertadores del continente.
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