jueves, 17 de julio de 2014

Construyendo una idea de patria venezolana

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Una revolución política pide una revolución económica. 
La América no debe imitar servilmente, sino ser original.
 
Simón Rodríguez
[Sociedades Americanas, 1828]
 


En esta ocasión, para contribuir al debate de ideas, queremos dejar para todos los que están alineados con idea de la transformación de nuestra sociedad en una patria de solidaridad, de justicia y de colectivismo social, en pos del socialismo, donde se genere la equidad en la distribución de las riquezas nacionales, algunos fragmentos de El Libro Azul, en el cual Chávez fundamentara parte del pensamiento político de la Revolución Bolivariana. Por supuesto que cuando se conoce sobre este ideario estructurado en las raíces propias y oriundas, muchos son los que reaccionan ante el cambio social, por tener una educación fundamentada en ideas foránea, alienada y aliente. Pero es importante conocer de viva fuente el proceso de las ideas y desde allí poder establecer nuestros propios análisis. 


Al Chávez que escribe El Libro Azul en 1991 podemos verlo a la luz de estas palabras de Michel Foucault: “Es la conexión entre el deseo y la realidad (y no su retirada hacia las formas de la representación) lo que posee fuerza revolucionaria”4. Como pensador y como conductor militar y líder político, Chávez busca incesantemente la fecunda conexión entre el deseo y la realidad, cosa que, por cierto, la izquierda había renunciado a hacer en aquel tiempo. 
Nicolás Maduro Moros
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4. Foucault, Michael: “El anti-edipo: una introducción a la vida no-fascista”. En Cuadernos de Marcha (Nº 38, Tercera Época). 1988, pp. 57-61


De El Libro Azul:

El Árbol de las Tres Raíces
¿Cuál es la razón por la que estamos aquí y ahora anunciando y promoviendo cambios profundos al comenzar la última década de este siglo “perdido”?
Pudieran enunciarse infinidad de causas, pequeñas y grandes, pasadas y presentes, estructurales y coyunturales, para exponer a los hombres de esta hora tal razón.

Sin embargo, todas las que aquí pudieran señalarse serían tributarias de una misma corriente, cuyo cauce viene de muy lejos y cuyo lecho aparece y desaparece de manera intermitente en los recovecos y vueltas, casi siempre
oscuros, de la historia patria.

Existe entonces, compatriotas, una sola y poderosa razón: es el proyecto de Simón Rodríguez, El Maestro; Simón Bolívar, El Líder; y Ezequiel Zamora, El General del Pueblo Soberano; referencia verdaderamente válida y pertinente con el carácter socio-histórico del ser venezolano, que clama nuevamente por el espacio para sembrarse en el alma nacional y conducir su marcha hacia la vigésimo primera centuria.
El clamor se hace indetenible por los caminos de Venezuela. Se acerca, se hace torrente y se confunde en el estremecimiento del pueblo venezolano.

Este proyecto ha renacido de entre los escombros y se levanta ahora, a finales del siglo XX, apoyado en un modelo teórico-político que condensa los elementos conceptuales determinantes del pensamiento de aquellos tres preclaros venezolanos, el cual se conocerá en adelante como Sistema EBR, el Árbol de las Tres Raíces: la E, de Ezequiel Zamora; la B, de Bolívar y la R, de Robinson. Tal proyecto, siempre derrotado hasta ahora, tiene un encuentro pendiente con la victoria.

Nosotros, simplemente, vamos a provocar dicho encuentro inevitable.
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LA SITUACIóN - OBJETIVO
EL MODELO DE SOCIEDAD “ORIGINAL” Y EL MODO DE VIDA “SOLIDARIO”

El Proyecto Nacional Simón Bolívar visualiza la situación-objetivo en un horizonte máximo de veinte años, partiendo de la situación a largo plazo, la cual lleva implícita la estrategia micropolítica de transformación.

La situación-objetivo constituye al mismo tiempo una
realidad global, un escenario integral: el modelo de sociedad original y el modo de vida solidario, hacia los cuales se orientará el esfuerzo nacional. “Original” fue el término utilizado por el maestro Simón Rodríguez para definir el modelo de sociedad que debe perseguir la América Latina: “¿Dónde iremos a buscar modelos? La América española es original. Original han de ser sus instituciones y su gobierno. Y originales, los medios de fundar unas y otro. O inventamos o erramos”.10



Y, solidario porque de esa manera conceptualizaba, El Maestro, el modo de vida a llevar por los hombres en sociedad. Veamos la exactitud de su proyecto:


No es hacer cada uno su negocio, i pierda el que no esté alerta, sino pensar cada uno en todos, para que todos piensen en él. Los hombres no están en el mundo para entredestruirse, sino para ayudarse.11



EL MODO DE VIDA SOLIDARIO
“Modo de vida son las tendencias sociales profundas y persistentes que permiten clasificar los hechos cotidia-nos y darles un sentido”.12

“Estudiar el modo de vida significa hacer mención a la sociología de la familia, de la educación del consumo del tiempo libre, de la cultura y del trabajo”.13
Y también: “El modo de vida es en suma la sociedad tal como ella es
vivida concretamente”.14

La definición de modo de vida es una tarea sumamente compleja. El Proyecto Nacional Simón Bolívar enfrenta la propuesta en un nivel de alta generalización, con la intención de abrir el compás para la participación de la sociedad civil venezolana en el difícil proceso de la definición y construcción del modo de vida solidario.

El modo de vida solidario es el producto social resultante del modelo de sociedad original, y en su construcción deben enfocarse tres amplios campos de condiciones determinantes:

1. Determinaciones económicas (condiciones de vida y de trabajo).
2. Determinaciones ideológicas (sistema de normas socioculturales).
3. Determinaciones políticas (sistema de decisión económico-político).15




EL MODELO DE SOCIEDAD ORIGINAL
La estructura del modelo es determinada por los elementos situacionales y la interacción entre ellos.

Los elementos situacionales de carácter estratégico que interactúan para definir el modelo de sociedad dentro de una concepción global, son los siguientes:

a) El sistema social.
b) La cultura.
c) Los factores individuales.

El sistema social, si bien lleva una alta carga determinante para el modelo de sociedad, no abarca todo su espectro. Básicamente, está conformado por la estructura económico-social y la estructura político-jurídica.

Más allá del sistema social, existe la cultura como elemento estratégico del modelo de sociedad, entendida dentro de un nivel de conceptualización sumamente dinámico, que trasciende la mera noción patrimonial inventiva y cognitiva, hasta abarcar la estructura ideológica del cuerpo social.

Y en un panorama más amplio y profundo, todavía, el Proyecto Nacional Simón Bolívar asigna a la cultura un rol eminentemente transformador y revolucionario, a través de la promoción y libre desarrollo de la creatividad, recogida de la dicotomía existencial robinsoniana:
“Inventamos o erramos”.

El individuo concreto es resultado de la interacción con los dos componentes situacionales señalados, proceso en el cual la estructura social determina en alto grado los caracteres individuales.

El individuo como actor social ejerce, sin embargo, influencia de significación variable sobre el sistema social. El modelo de sociedad original debe potenciar la capacidad y su relativa autonomía creadora dentro de la situación.

Dentro del marco teórico anterior, el Proyecto Nacional Simón Bolívar aborda el modelo de sociedad original, con un enfoque de globalidad definido por la interacción del sistema social de la cultura y los factores individuales, visualizando en perspectiva la situación-objetivo del proceso de transformación a un nivel principista, en el cual serán definidos los criterios generales que conforman cada elemento estratégico del modelo, es decir, el sistema social, la cultura y los factores individuales.

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2. LA REVOLUCIóN COMO MEDIO PARA ALCANZAR EL NUEVO MODELO DE SOCIEDAD
Otro elemento común en la estructura ideológica de estos tres hombres es su sólida convicción acerca del proceso revolucionario como un paso necesario para lograr las  transformaciones de la vieja sociedad.

La historiografía tradicional ha sido dominada por la tendencia reaccionaria de señalar a Bolívar como un hombre pragmático antes que pensador y actor revolucionario.

John Lynch lo ubica, por ejemplo, dentro del “reformismo”: Su propia política no fue revolucionaria. La abolición de la esclavitud y la distribución de la tierra fueron medidas reformistas que habrían modificado, pero no transformado las estructuras existentes.

En 1811 el joven coronel señala: “¿Trescientos años de calma, ¿no bastan? (...) Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana: vacilar es perdernos”.31

La teoría política señala dos acciones condicionantes de todo proceso revolucionario: el movimiento y el cambio de estructuras.

La disposición a romper definitivamente con tres siglos de dominación y colocar la primera piedra para la construcción del primer edificio lleva ya una carga significativa de movimiento y acción hacia el logro de profundas
transformaciones estructurales.

A partir de allí se irá radicalizando, consciente del proceso desatado e inmanente:

Es una estupidez maligna atribuir a los hombres públicos las vicisitudes que el orden de las cosas produce en los Estados, no estando en la esfera de las facultades de un general o magistrado contener en un momento de turbulencia, de choque, y de divergencias de opiniones el torrente de las pasiones humanas que, agitadas por el movimiento de las revoluciones, se aumentan en razón
de la fuerza que las resiste.32

Y su filosofía se impregna con las enseñanzas de su maestro para encuadrar el empeño revolucionario en la dicotomía existencial robinsoniana “Inventamos o erramos”, como fórmula para dominar “La irresistible fuerza de la naturaleza:”

Todo era extranjero en este suelo. Religión, leyes, costumbres, alimentos, vestidos, eran de Europa; ni nada debíamos imitar. Como seres pasivos, nuestro destino se limitaba a llevar dócilmente el freno que con violencia y rigor  manejaban nuestros dueños. Igualados a las bestias salvajes, la irresistible fuerza de la naturaleza no más ha sido capaz de reponernos en la esfera de los hombres; y aunque, todavía débiles en razón, hemos dado ya principio a los
ensayos de la carrera a que somos predestinados.33

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En el modelo de pensamiento de Bolívar encaja el componente robinsoniano del Sistema Ideológico de las tres raíces. En 1830, desde Arequipa, El Maestro viene en defensa de su alumno, incrustado su pensamiento con el mismo perfil revolucionario:

La América española pedía dos revoluciones a un tiempo, la pública y la económica. Las dificultades que presentaba la primera eran grandes, el general Bolívar las ha vencido, ha enseñado o excitado a otros ha vencerla. Los obstáculos que oponen las preocupaciones a la segunda son enormes. El general Bolívar emprende removerlos, y algunos sujetos, a nombre de los pueblos, le hacen resistencia en lugar de ayudarlo.35

No hay otra vía, sostiene El Maestro, para construir repúblicas y sociedades, que llevar adelante un amplio y avanzado proceso revolucionario. Entendió la revolución en el sentido lato del término y la dejó pendiente en su utopía concreta:

Una revolución política pide una revolución económica.
...
Si los americanos quieren que la revolución política, que el peso de las cosas ha hecho y que las circunstancias han protegido, les traiga bienes, hagan una revolución económica y empiécenla por los campos.36

Lleva en su mente, además, la idea del arquitecto social. En 1850, cuando ya Ezequiel Zamora andaba por los llanos de Venezuela invocando la Revolución Bolivariana traicionada, el viejo Simón escribía en Latacunga: “Empiécese el edificio social por los cimientos, no por el techo, como aconsejan los más: los niños son las piedras”.

En efecto, ya en 1846, Ezequiel Zamora era el líder de la insurrección campesina contra el gobierno de Carlos Soublette, perfilándose como un auténtico revolucionario:

Como sabemos que ustedes están defendiendo la misma causa que nosotros, tienen un denodado patriotismo y deseos de sacar a la patria de la salvaje y brutal dominación en la que la tienen los godos oligarcas, sostenidos por el gobierno faccioso y ladrón de Soublette. Allí diremos con orgullo y bizarría: viva la libertad, viva el pueblo soberano, elección popular, horror a la oligarquía,tierras y hombres libres.37

Simón Rodríguez invocaba la revolución económica como una necesidad para colorar la revolución política dirigida por Simón Bolívar. La primera no llegó ni siquiera a iniciarse.
Los logros de la segunda fueron prontamente anulados por la acción de los gobiernos oligárquicos. Ezequiel Zamora, al frente de la masa campesina, continúa el proceso revolucionario. Sus ideas engranan de manera exacta en el sistema filosófico EBR, alimentando con ingredientes sociales al árbol de las tres raíces:

Compañeros de armas: habéis probado con vuestra abnegación y sublime heroísmo que sólo el pueblo quiere su bien y es dueño de su suerte, y que de hoy en adelante, Venezuela no será más patrimonio de ninguna familia ni persona, siendo la mayor recompensa de las victorias alcanzadas contra el centralismo, el establecimiento del Gobierno Federal que da todos los bienes que emanan de la magnífica institución, aunque la Patria, llena de munificencia, premia los buenos y leales servidores. Así hagamos el postrer esfuerzo que pueda necesitar de  nosotros para dejar cumplida la gran misión que nos ha confiado, y veréis abierta la nueva era de la Federación Colombiana, que fueron los últimos votos de nuestro Libertador, el Gran Bolívar.38
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10. Rodríguez, Simón. “Luces y virtudes sociales”.[“Sociedades Americanas en 1828”. En Obras completas. Tomo I. Ediciones de la Universidad Simón Rodríguez, 1975, p. 343.]
11. Rodríguez, Simón, Ob. cit, p. 132. [Inventamos o erramos.] 
14. Fornier J. y N. Questiaux, p. 41.
15. Hemos tomado como basamento teórico los planteamientos de E. Maurice, D. Delomenie, Pichón, en: “Trabajo, modo de vida”, citado por Víctor Córdova, en: El modo de vida, p. 17. 
31. [Discurso pronunciado el 3 de julio de 1811 en la Sociedad Patriótica de Caracas.] 
32. [Bolívar, Simón. Manifiesto de Carúpano, 7 de septiembre de 1814.]
33. [Bolívar, Simón. Discurso de instalación del gobierno de las Provincias Unidas de Nueva Granada, 23 de enero de 1815, Bogotá.] 
35. [Rodríguez, Simón. “Defensa de Bolívar” (1830). En Obras completas. Tomo II. Ediciones de la Universidad Simón Rodríguez, 1975, p. 206.]
36. [Rodríguez, Simón. “Sociedades Americanas”. Ob. cit., t.I., p. 469.]
37. [Zamora, Ezequiel. Estado Mayor, 19 de septiembre de 1846.]
38. [Zamora, Ezequiel. Cuartel General de Barinas, 19 de mayo de 1859.







El Socialismo Bolivariano
del Siglo XXI, es el socialismo
bajo las condiciones y
tiempos de Venezuela.
Hugo Chávez Frías








“Tenemos que acelerar la construcción
del Nuevo Estado Social de Derecho y de
Justicia, y al mismo tiempo, el hundimiento
del viejo Estado burgués”
“O nos unimos o nos hundimos”
Hugo Chávez


























lunes, 16 de junio de 2014

La educación para la liberación

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La educación para la liberación, responsable frente a la radicalidad del ser humano, tiene como imperativo ético el descubrir la verdad. Ética y Política.   

 Paulo Freire


Aún nos cuesta romper con los paradigmas y modelos que nos ha impuesto la sociedad capitalista, esa que nos educa con procesos de individualismo conservador.

Esa que nos ha vendido que la profesionalización es lo único válido para tener asceso social, en miras de crear una respuesta meramente técnica a las labores de la sociedad.

El ámbito academiscista, se fundamenta en la escolástica medieval pre capitalista, de allí viene la Universidad y los claustros estudiantiles; ¿será por esos que nuestras escuelas parecen cárceles? Y no se parecen a la escuela de Sócrate, de la que tenemos referencias por Platón, que son  jardines y caminos para reflexionar, exponer y filosofar, espacios públicos. Deberíamos pensar en escuelas como son nuestro Museo de Bellas Artes, espacios amplios con jardines, salas de exhibición y biblioteca, centro de documentación y videotecas, además de salas de informáticas para el proceso de conocimiento sobre las nuevas tecnologías.

Pero, nuestras escuelas siguen siendo estructuras de cárceles, que a la final se convierten en depósitos de seres humanos, con una educación que repite la estructura bancaria, en sus horarios (educación para reproducir el modelo de explotación capitalista), en su estructura, es su enseñanza, es decir, saber de todo mal aprendido para no saber nada últil desde la esencia humana. Aprender en el vacio, no en las relaciones de la vida, en los valores solidarios, en las experiencias de los seres que conviven con la naturaleza y en los saberes ancestrales que nos darían una perspectiva diferente de la vida cotidiana.

Cuantos soñamos con la trasformación de la estructura del capitalismo en una verdadera condición de lo humano para la libertad, debemos asumir que sin formación política y sin desarrollo de la conciencia social no hay profundos cambios, esos estructurales que dejan de poner todo como mercancia, incluso las relaciones afectivas de los seres humanos.

La educación para la liberación se convierte en una necesidad para el cambio hacia el socialismo, que sigue siendo una mera etapa de transición hacia el bien común y humano de los seres que habitamos este planeta.